Los emprendedores dominicanos son los menos temerosos al momento de emprender
- marzo 4, 2022
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- Fernando Barrero
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Fernando Barrero, Vicerrector Académico y de Investigación
Los análisis del concepto de autoeficacia emprendedora indican que este es un predictor de la actividad emprendedora[1], entendido como la percepción de las competencias de un individuo o grupo para emprender (conocimiento, habilidades y experiencia), lo cual define la valoración del miedo al fracaso. Lo anterior configura el espíritu emprendedor naciente, hito importante para el crecimiento y el desarrollo económicos porque implica la creación de nuevas empresas y el desarrollo potencial que brindan en términos de generación de empleo, nuevos bienes y servicios.
Los resultados del último estudio de Monitor Global de Emprendimiento (GEM, por sus siglas en inglés) en 2021 han confirmado, por tercera vez, que República Dominicana presenta el menor porcentaje de personas con temor a emprender comparado con los demás países del mundo, pues la mayoría manifiestan contar con las habilidades y experiencia necesaria para iniciar un negocio. “Se resalta que más del 80 % de la población adulta en la República Dominicana manifestó contar con habilidades e intenciones de iniciar un negocio, aunque un 38 % de estos manifestó tener miedo al fracaso de sus emprendimientos”[2].
Lo anterior explica el aumento de la actividad emprendedora del país y, por ende, del crecimiento del tejido empresarial, sin embargo, se hace necesario revisar la tipología de los nuevos negocios con el propósito de identificar y cuantificar su aporte a la empleabilidad y crecimiento económico de la nación, así como para determinar si lograrán superar el valle de la muerte, esto es, el período en el cual podrían abandonar la iniciativa.
Las cifras GEM 2018 y 2021 demostraron que los dominicanos se dedicaron a abrir más de la mitad de sus negocios en el sector de comercio, predominando la venta de bienes al por mayor y por menor. En este sector prevalece la apertura de colmados, panaderías, así como la comercialización de ropa (incluyendo las pacas), venta de repuestos y accesorios. En menor proporción se encuentran emprendimientos con servicios de alojamiento y comida, como también salones de belleza y barberías. Una base incipiente de emprendedores se dedicó a cristalizar sus iniciativas en el sector tecnológico, incluidos información y telecomunicaciones.
Se debe destacar también que los sectores de mayor crecimiento a nivel mundial, actualmente y, a futuro, están asociados con los segmentos que corresponden al gran mercado de la Cuarta Revolución Industrial, entre ellos, se encuentran Inteligencia Artificial (AI), Realidad Virtual (VR), Energía Alternativa y Renovable, Análisis de Big Data, Ciberseguridad y Cómputo en la Nube, como también los Servicios de Accesibilidad Digital e Ingeniería de Software.
Otras áreas que también han demostrado, en plena pandemia, un crecimiento muy importante en casi todos los países, son ellos los vinculados al sector de la salud (como las herramientas de monitoreo de pacientes, servicios de atención médica domiciliaria y centros de atención ambulatoria), el transporte de mercancías y atención al usuario en el hogar.
Si se comparan las tendencias del país frente a las globales, la reflexión sería si se puede canalizar ese ímpetu emprendedor de los dominicanos en función de incentivarlos más a abrir negocios innovadores en sectores con mayor valor agregado, preferiblemente tecnológico. Para ello, se requiere que cuenten con una formación en competencias adecuadas para participar fuertemente en esos sectores, como también un entorno emprendedor favorable, el cual debería garantizar un mínimo de acceso a los insumos que reduzcan la brecha tecnológica entre las grandes empresas y las PYMES.
Se puede inferir que hay un potencial enorme para el emprendimiento, impregnado en el ADN individual, social y económico del país; pero el reto está en capitalizarlo en los sectores que son tendencia a nivel global, para no solo suplir cadenas de suministro locales, de bienes y servicios básicos, sino para lograr un crecimiento exponencial en sectores asociados a la tecnología de la cuarta revolución industrial. Sin duda esto redundará en una mayor innovación, sostenibilidad y alejamiento de los valles de la muerte que enfrentan las nacientes empresas.
En esta conversación la Academia y el sector público tienen una oportunidad enorme para aportar a la formación de capacidades, redes y el ecosistema empresarial.
[1] Wennberg, Pathak & Autio (2013).
[2] Ver. Más de un 80 % de adultos dominicanos dice tener intenciones de iniciar un negocio en el país – DiarioDigitalRD (https://www.diariodigital.com.do/2022/02/10/mas-de-un-80-de-adultos-dominicanos-dice-tener-intenciones-de-iniciar-un-negocio-en-el-pais.html)
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