En el año 2022 publicamos el libro “El futuro del mercado de trabajo en República Dominicana” junto a Guillem Martí y Javier Villamizar. La investigación reflexionaba sobre las oportunidades y desafíos de la empleabilidad de cara a la cuarta revolución industrial que se vive actualmente. Me pareció importante, analizar pasado el tiempo cuál es el panorama actual frente al impacto de la automatización y la inteligencia artificial en el mundo del trabajo.

En primer lugar, la rápida evolución de la tecnología ha llevado a una transformación sin precedentes en el panorama laboral global, con la automatización y la inteligencia artificial (IA) emergiendo como fuerzas disruptivas clave. La pregunta que surge es cómo están impactando el empleo y el mercado laboral a nivel mundial, así como las implicaciones económicas y sociales de estos cambios. Lo cual se relaciona con lo planteado en el libro acerca de la importancia de seguir promoviendo políticas de desarrollo tecnológico. Las nuevas tecnologías cambian la forma de trabajar, de relacionarnos y de consumir, por lo tanto, es necesaria una política de inversión nacional para desarrollar las capacidades tecnológicas.

En 2024 es claro que la automatización está redefiniendo la naturaleza y perfiles de numerosos empleos al automatizar tareas repetitivas y predecibles en sectores como la manufactura, la logística y el servicio al cliente. Por otro lado, la IA está revolucionando la forma en que se analizan y utilizan grandes volúmenes de datos en diversas industrias, generando una creciente demanda de profesionales en ciencia de datos, análisis de datos y aprendizaje automático.

Además, la robótica y la automatización se están extendiendo hacia sectores de servicios como la salud, la educación y la atención al cliente, impactando trabajos en todos los sectores económicos. Esto se relaciona con lo planteado en el libro que resalta la importancia de invertir más en I+D. En algunos países de Latinoamérica ya han creado centros para la Cuarta Revolución Industrial, clusters donde se puede investigar y buscar sinergias entre distintas disciplinas, para entender bien lo que quiere el mercado, así como, Incentivar la matriculación en las áreas de conocimiento STEM (ciencias, tecnologías, matemáticas e ingenierías), pero sobre todo en las mujeres porque están principalmente dominadas por hombres.

Así mismo, las tendencias globales en este tema resaltan las siguientes tendencias en la incorporación de automatización e IA que impactaran el mercado laboral en los próximos años:

1. Adopción de Robots Industriales: Según la Federación Internacional de Robótica (IFR), la cantidad de robots industriales operativos en todo el mundo aumentó a aproximadamente 2.7 millones de unidades en 2018, lo que representa un aumento del 113% desde 2010.

2. Inversión en Tecnologías de Automatización: Un informe de la firma de investigación Market Research Future proyecta que el mercado mundial de automatización industrial alcanzará un valor de más de 300 mil millones de dólares para 2026.

3. Crecimiento de la Inteligencia Artificial: Según un informe de la consultora McKinsey & Company, se estima que el gasto mundial en inteligencia artificial alcanzó los 77.6 mil millones de dólares en 2022.

4. Impacto en el Empleo: Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sugiere que hasta 56 millones de empleos en cinco economías principales podrían ser afectados por la automatización en los próximos años. Esto incluye a trabajadores en países como China, Brasil, Alemania, India y Estados Unidos, donde la automatización está transformando diversos sectores de la economía.

Lo anterior puede incrementar crisis sociales y económicas, lo que podría aumentar la brecha entre habilidades y generar desafíos de desempleo estructural. Tal como lo analizábamos en el libro: En República Dominicana hay una población joven con una alfabetización digital alta, sin embargo, El empresariado quiere gente cada vez más preparada, titulada universitaria a ser posible (aunque en realidad necesite un técnico), con conocimiento de inglés y capacidad para trabajar con las tecnologías de la información).

A este factor se suman las competencias, que responden más a habilidades y formas de actuar, siendo el trabajo en equipo, la comunicación escrita y oral, el enfoque a resultados, la destreza para comunicar, la responsabilidad y el liderazgo, las más solicitadas. Se deberán gestar capacidades que se alejen de los trabajos repetitivos y automatizados, dado que ya están siendo reemplazados por los desarrollos tecnológicos mencionados.

A largo plazo, estas tecnologías tienen el potencial de aumentar la productividad y la eficiencia, lo que podría impulsar el crecimiento económico y la competitividad global. Además, la transición hacia un mercado laboral automatizado destaca la necesidad de una reconfiguración y actualización constantes de las habilidades laborales para adaptarse a las demandas del mercado.

De igual forma, la automatización podría exacerbar las desigualdades laborales al aumentar la demanda de habilidades especializadas mientras que los trabajos de baja cualificación se vuelven más escasos. Esto plantea desafíos en términos de reconversión laboral y políticas de protección social para los trabajadores desplazados. Así mismo, surgen preguntas sobre la calidad del trabajo restante, incluyendo la estabilidad laboral, los salarios y la satisfacción laboral en un mundo más competitivo.

Para abordar estos desafíos, se requieren inversiones en educación y formación continua para preparar a los trabajadores para los cambios tecnológicos. Además, políticas laborales y sociales proactivas para proteger a los trabajadores vulnerables y abordar la desigualdad laboral. Fomentar la innovación y el espíritu empresarial, también puede generar nuevos empleos y oportunidades en sectores emergentes impulsados por la tecnología.

La automatización y la inteligencia artificial están reconfigurando el panorama laboral global, con implicaciones económicas y sociales significativas. Si bien estos cambios presentan desafíos, también ofrecen oportunidades para el crecimiento económico y la innovación. Es crucial que las políticas y las respuestas se centren en mitigar las desigualdades y facilitar una transición laboral equilibrada hacia un futuro automatizado e impulsado por la IA.

¿cómo puede República Dominicana prepararse frente a este panorama?

Retomo, parte de las reflexiones del libro:

Invertir más en políticas y proyectos de I+D; mejorar la capacidad exportadora del país precisamente apalancados en estos avances tecnológicos; Incentivar la matriculación en las áreas de conocimiento STEM (ciencias, tecnologías, matemáticas e ingenierías) que permitan aportar a la creación de IA y procesos de automatización, no sólo a su consumo; Mejorar y desarrollar habilidades blandas como la comunicación asertiva, el enfoque en resultados, la responsabilidad, la creatividad, el pensamiento crítico, o la solución de problemas complejos.

El camino está, pero debemos recorrerlo con celeridad.