Un mar de plástico: la necesidad de reciclar
- junio 18, 2021
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- Fernando Barrero
- Articulos
Con motivo de la celebración del mes del medio ambiente, se pueden evocar las múltiples problemáticas sobre el medio ambiente, contaminación de ríos y mares, deforestación de selvas, tráfico de animales y un profundo desprecio por la vida en todas sus manifestaciones. Las razones no son pocas, una economía con el ser humano en el centro, que ha industrializado e instrumentalizado la naturaleza durante el último siglo, sumado al crecimiento demográfico y a la desigualdad social de la mayoría de los países, han configurado prácticas humanas nocivas que afectan diariamente el planeta.
La falta de reciclaje del plástico es una de las mayores problemáticas mundiales frente a la contaminación de fuentes hídricas, inundadas de botellas y tapas, que, sin una disposición final adecuada, crean islas flotantes en océanos, que infortunadamente, resultan siendo parte del menú y dieta de millones de animales de los ecosistemas marinos.
El plástico se ha convertido en un material “omnipresente en todo tipo de objetos y materiales por sus características (flexibilidad, durabilidad y ligereza) y bajo precio”[1]. Desde ese punto de vista, es muy necesario, pues modela los sistemas de consumo de alimentos, bebidas, ropa, cosméticos, que consumimos a diario. El problema radica en dos frentes: la falta de reciclaje efectivo de los envases y la necesidad de buscar alternativas industriales que lo puedan reemplazar.
“Como consecuencia de una mala gestión de los residuos o de su abandono, unos 8 millones de toneladas de plásticos acaban en los mares y océanos anualmente, formando el 60-80% de la basura marina, en su mayoría en forma de microplásticos (fragmentos inferiores a 5 mm). A hoy hay 5 islas de basura formadas en su gran mayoría por microplásticos algo similar a una “sopa”: dos en el Pacífico, dos en el Atlántico, y una en el Índico” [2].
Esta situación nos invita a analizar, qué pasa con el plástico que pasa por mis manos, a dónde termina. La respuestas posibles son tres: en un vertedero hídrico, incinerado o reciclado. Predomina globalmente, la primera opción. Las fuentes hídricas como ríos que desembocan en el mar son la carretera del plástico a los mares. “Los investigadores han calculado que los 10 sistemas fluviales con la mayor carga plástica se ubican 8 en Asia y 2 en África, áreas en las que viven cientos de millones de personas, siendo responsables de alrededor del 90% de la entrada global de plástico al mar”[3].
Una botella tarda 500 años en descomponerse y una bolsa o un vaso alrededor de 60 años. “En el caso de los océanos, la radiación UV procedente de la luz solar es el principal agente que degrada el plástico. La acción del oleaje acelera este proceso y como resultado los fragmentos más grandes se van rompiendo en trozos más pequeños”[4]. Como consecuencia las micropartículas de plástico se están incorporando al agua, se están sedimentando en el fondo de los lechos marinos y terminan en los estómagos de peces. Situación que incluso afecta los ciclos y calidad de pesca legal e ilegal, por la mortandad y calidad de los animales.
Para puntualizar, nos enfrentamos a más de 8 millones de toneladas de basura al año que llegan a los mares y océanos “equivalente al peso de 800 Torre Eiffel, para cubrir 34 veces la isla de Manhattan o el peso de 14.285 aviones Airbus A380” la pregunta es ¿Qué hacer?
En algunos países se han desarrollado legislaciones que establecen regulaciones sobre el uso de plástico de un solo uso, como botellas o bolsas. Así mismo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible resaltan que más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para su sustento. De igual forma, los océanos absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando los impactos del calentamiento global. Por lo anterior, es vital reducir en al menos un 50 % la llegada de plástico para 2030.
Así mismo, el reciclaje es fundamental y el camino directo para abordar esta problemática. El plástico puede retornar al ciclo de producto en grandes porcentajes, pudiéndose reutilizar. Pero el camino para esto requiere del esfuerzo conjunto de todos. Reciclar desde la fuente en los hogares, promover economías alternativas que encuentren nuevas unidades de negocio sostenibles a partir del uso de plástico.
También debemos promover nuevas formas de consumo, analizando el origen de los productos animales y vegetales, las formas como han sido comercializados y finalmente empacados. En lo que consumimos y cómo, hay un aporte o no a la reducción de esta problemática.
Es una tarea urgente, que podemos iniciar hoy: recicla y promuévelo y sensibiliza a los demás para que juntos creemos islas de plástico reutilizadas, no tiradas al mar.
[1] Ver. plasticos_en_los_oceanos_LR.pdf (greenpeace.org)
[2] Ver. plasticos_en_los_oceanos_LR.pdf (greenpeace.org)
[3] Ver. ¿De dónde proviene el plástico de los océanos? (nationalgeographic.com.es)
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