Hay dos cosas claras con esta pandemia y la crisis que ha generado. Una es que va a afectar los resultados de las empresas y dos, tendremos que ser muy creativos para poder recuperarnos una vez que todo termine.

La miopía de muchas empresas indica que el paso obvio será despedir empleados, pero ésta no es sino una respuesta de corto plazo y claramente afectará la capacidad de las empresas para poder reinventarse. No es claro cuánto tomará recuperarse; lo que sí sabemos es que es fundamental contar con las personas para enfrentar los retos que tenemos.

También sabemos que la incertidumbre es uno de los mayores enemigos de las inversiones, del crecimiento y en este caso, de la recuperación. Al ser una crisis sanitaria, vale la pena recordar las palabras de Ibn Sina, padre de la medicina moderna cuando decía: “La imaginación es la mitad de la enfermedad; la tranquilidad es la mitad del remedio; y la paciencia es el comienzo de la cura”.

He visto como empresas en República Dominicana han empezado a tomar decisiones valientes y oportunas, tanto con sus empleados como con sus clientes, también cómo se empiezan a compartir mensajes de recuperación de crisis anteriores (económicas, naturales, etc.) y nos invitan a la resiliencia para salir más fortalecidos. Una de las mejores formas de combatir la incertidumbre es contar con líderes con enfoque integral y humanista, capaces de transformar las organizaciones y la sociedad, generando progreso y bienestar compartido.

Estamos ante una nueva oportunidad para liderar con un propósito claro, con humanidad poniendo primero a las personas (empleados y clientes). Una oportunidad para reflexionar en aquello que nos hace especiales, en estar más cerca de nuestros seres queridos y dar un oportuno respiro al medio ambiente, que permanentemente castigamos.

Esta crisis brinda a los líderes empresariales la oportunidad de liderar con el ejemplo, de también hacer un alto en el camino y preguntarse ¿cómo ser la mejor versión de sí mismo?, ¿Qué acciones estamos tomando para apoyar a las personas a mi alrededor? ¿Son suficientes los indicadores financieros para medir el desempeño o que otras medidas deberían incluirse? O incluso, una de las grandes preguntas ¿Cómo quieres que se recuerde tu capacidad de liderazgo en la crisis, y en la capacidad para salir de ella?

Un buen líder se mide por las decisiones en medio de las crisis y en la capacidad de preparar a su organización una vez esta se supere. Es momento de no desanimarnos y encontrar nuevos caminos para seguir avanzando. Sigamos más conectados que nunca.

Óscar Calderón

Director MBA Barna Management School