¿Quieren ser líderes los más jóvenes?

- mayo 16, 2025
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- José Miguel Sánchez
- Articulos, Dirección
Durante varias generaciones ser jefe o liderar un equipo ha sido algo valorado, perseguido y deseado, aunque parece que esto ha cambiado en las generaciones más jóvenes.
Liderar un equipo implica hacer que otros hagan lo mejor que saben. Históricamente esto se conseguía a través de dar órdenes o instrucciones claras. Salvo en casos excepcionales esto ya no sirve y el nuevo liderazgo trata de inspirar y crear un entorno donde las personas puedan dar lo mejor de sí mismas.
Habilidades como la empatía, la toma de decisiones, la confianza, el excelente feedback y, sobre todo, la humildad, son imprescindibles para liderar con éxito
Ser jefe implicaba poder, estatus y reconocimiento. Los años, la experiencia y, principalmente, el acceso a información que otros no tenían, te permitía llegar ahí. Sin embargo, hoy en día cualquiera tiene acceso a buena información y el estatus ya no es un valor en sí mismo para las nuevas generaciones.
En cuanto a las generaciones más jóvenes, como la Z, ellos valoran mucho la ética en el trabajo, el equilibrio entre la vida laboral y personal y profesiones que tengan un significado más allá del dinero. Por tanto, un puesto de responsabilidad sobre otras personas puede chocar con esos valores que ellos atesoran.
Los jóvenes realmente necesitan sentirse empoderados y con la autonomía suficiente como para tomar sus propias decisiones. La relación tradicional de jefe que manda y empleado que hace, es lo que ellos tratan de evitar e incluso rechazar, porque creen más en la suma de ideas diversas que ayuden a conseguir el resultado esperado, que en uno diciendo a todos lo que tienen que hacer.
Para ellos los valores son clave y no se los saltan, pero todavía más importante es encontrar un propósito con el que identificarse y al que poder perseguir. Por ello, se mantendrán satisfechos y leales a compañías que se tomen en serio sus valores y que tengan un propósito con el que se sientan identificados.
Para las generaciones más jóvenes, el reconocimiento es importante, pero más lo es la autonomía y la capacidad de tomar decisiones. Necesitan sentirse escuchados porque creen que tienen mucho que aportar. Además, recogen información de muchas fuentes, inteligencia artificial, redes sociales, internet, etc., lo que les hace tener criterios y argumentos para compartir con sus interlocutores.
Hay varios aspectos que para la generación Z son muy relevantes:
- Comunicación transparente y abierta donde exista un feedback regular y constructivo.
- Canales de comunicación abiertos para que puedan expresar sus opiniones y sugerencias.
- Experiencias personalizadas donde se reconozcan y celebren los logros individuales.
- Desarrollo de carrera personalizado con planes de desarrollo ad-hoc.
- Oportunidades de aprendizaje y crecimiento con programas de mentoring para que puedan aprender de otros colegas más experimentados.
- Rotación en puestos y áreas diferentes de la empresa para ampliar sus habilidades y conocimientos.
- Fomentar la autonomía y la toma de decisiones, delegando responsabilidades y permitiéndoles que tomen decisiones.
El riesgo de no integrar a las nuevas generaciones en nuestra organización es que caigan en el “quiet quitting”, que es una actitud que se da en numerosos empleados cuando realmente su trabajo ya no les aporta nada y deciden hacer lo mínimo indispensable para que no les despidan, pero tienen poco o ningún compromiso y cero pasión con el puesto que desempeñan.
La generación Z es muy exigente con las empresas y con el puesto de trabajo que desempeñan, por lo que este fenómeno se puede dar con más facilidad en este grupo de jóvenes. Por ello, las compañías tienen que mantener el desafío constante en las responsabilidades que ofrecen a los empleados de esta generación.
Por todo esto, las empresas deberían trabajar en conseguir un entorno con las siguientes características:
- Cultura fuerte, con un ambiente de trabajo inclusivo, diverso, flexible y positivo.
- Propósito claro donde ellos sientan que contribuyen a un bien mayor.
- Oportunidades de desarrollo, aprendizaje y crecimiento profesional.
- Flexibilidad, que les permita trabajar de forma remota o flexible.
- Tecnología, que les permita utilizar herramientas tecnológicas para mejorar la productividad y la colaboración. La automatización y el aprendizaje online también les interesa.
- Sostenibilidad, donde se demuestre un compromiso con el cuidado del medio ambiente.
Finalmente, las cualidades que debe tener un buen líder para estas nuevas generaciones son:
- Empatía para entenderles desde su perspectiva.
- Coraje en la toma de decisiones, para atreverse a darles responsabilidad sin mirar su edad.
- Confianza para darles autonomía y empoderarles.
- Feedback constante para que sepan cómo lo están haciendo y qué necesitan para seguir creciendo.
- Humildad, para escucharles y aprender de ellos, recibiendo feedback sobre cómo lleva a cabo su rol de líder.
Liderar a esta nueva generación no es una empresa fácil, pero sacar el máximo del talento que atesoran, merece realmente la pena.
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