En un mundo cada vez más polarizado, con desafíos democráticos y sociales en aumento, la Responsabilidad Política Corporativa (RPC) surge como un concepto clave para definir el rol de las empresas del futuro. Más allá de la generación de riqueza, las organizaciones están llamadas a influir positivamente en las políticas públicas, fomentar la sostenibilidad y promover el bienestar social.
Esta nueva visión, presentada por el profesor y rector de Barna Paulo Alves, en el XXV Encuentro Internacional de Profesores de Política de Empresa, celebrado en Sevilla, España (2022) explora cómo las empresas pueden y deben liderar el cambio hacia un futuro más inclusivo, sostenible y democrático.
El involucramiento empresarial en la política
Las empresas no pueden permanecer como meras espectadoras frente al deterioro de las instituciones democráticas y los problemas sociales crecientes. El progreso de la humanidad, impulsado por la ciencia y la razón, enfrenta actualmente amenazas como la desinformación, la polarización y el pesimismo. En este contexto, las empresas tienen una responsabilidad clave: convertirse en parte de la solución.
Según el Global Compact de las Naciones Unidas, las empresas pueden tener un impacto significativo en la sociedad adoptando prácticas más sostenibles. Aparte de sus responsabilidades económicas, deben asumir un papel político más amplio, apoyando la transparencia, la coherencia con los intereses sociales y tomando decisiones políticas inteligentes que respondan a los desafíos globales.
Tres pilares clave para la responsabilidad política corporativa
Para que las empresas asuman su rol político de manera efectiva, se destacan tres factores esenciales:
- Transparencia: las organizaciones deben liderar con transparencia en todas sus acciones, demostrando un compromiso real con el bienestar social y no solo con sus intereses económicos.
- Alineación: las acciones políticas deben estar en línea con los valores y declaraciones públicas de las empresas, manteniendo la coherencia entre sus compromisos y sus políticas internas.
- Inteligencia: es fundamental que las empresas respalden políticas públicas que fomenten el desarrollo sostenible sin comprometer su competitividad a largo plazo.
Reescribiendo las reglas del juego
El entorno político global está en constante cambio, y las empresas deben adaptarse y ser parte de ese cambio. Desde financiar candidatos hasta influir en la opinión pública, tienen un poder considerable. Sin embargo, estas acciones deben ser reformuladas bajo un enfoque de transparencia y sostenibilidad, dejando de lado el apoyo a políticas que perpetúan la desigualdad o el deterioro ambiental.
Las empresas tienen la oportunidad de trabajar en conjunto con los gobiernos para desarrollar políticas que promuevan la igualdad, la educación y el crecimiento sostenible. Un enfoque estratégico y colaborativo permitirá generar un impacto positivo tanto para la sociedad como para el sector empresarial.
El rol de la academia
La academia también juega un papel fundamental en la promoción de la RPC. Es crucial que las instituciones educativas ofrezcan programas de formación en ética empresarial, sostenibilidad y responsabilidad social. A través de una educación que enfatice la ética y la sostenibilidad, los futuros líderes empresariales estarán mejor preparados para enfrentar los retos políticos y sociales.
Hacia una colaboración para el futuro
La Responsabilidad Política Corporativa no es una opción, sino una necesidad en un mundo interconectado y globalizado. Las empresas tienen la oportunidad de influir positivamente en las políticas públicas y contribuir al bienestar de millones de personas. Trabajando en colaboración con los gobiernos, la academia y otros actores sociales, pueden ser un motor de cambio hacia un futuro más inclusivo y justo.
El compromiso con la transparencia, la alineación de valores y la inteligencia política no solo fortalecerá a las empresas, sino que también restaurará la confianza pública en las instituciones democráticas, ayudando a construir un futuro más equitativo para todos.